NIKITA.
Por
Raúl Cardillo.
Nikita
no recordaba su edad,ni la fecha de su cumpleaños,ni sus nombres
originales,ni su lugar de nacimiento,ni a sus padres.
Por
una suerte de higiene o sanidad mental los datos accesorios,lo
puramente fenoménico,los detalles se borraban o desplazaban de la
mente consciente.Quedaba la esencia de las cosas vertebrando la
vida,la extraña vida de una inmortal,de una vampira.
Bien
todos los humanos eramos inmortales,pero asi como cada noche
dormíamos para restablecernos al día siguiente debíamos morir,si
morir para ser inmortales,pasar por esa transición
transformadora,que a traves de un viaje por distintos planos nos
hiciera renacer.
Excepto
para la antigua estirpe de las vampiras,no las de las novelas o
peliculas,sino autenticas vampiras.No la horrenda ceremonia de la
sangre y el horror,una forma verdadera de restituir el cuerpo sin
morir.
Podía
rastrear con vaguedad en su indiferente memoria,un origen
oriental,quiza cruzado con europeos varios,el contacto con las
maestras oscuras del Himalaya que le transmitieron los secretos y las
herramientas de la inmortalidad.
Tenía
la experiencia necesaria para poder viajar por el mundo,cambiando de
identidades y cumpliendo los distintos requisitos legales para
moverse con tranquilidad.
Se
hallaba en Buenos Aires,la Sin City del sur,el ultimo puerto donde
había recalado.
Mantenía
una vida opaca,gris en apariencia.Tiempo atrás se desprendió de
goces y ambiciones materiales varias.Dinero.Que tampoco le faltaba.
No
era mayor problema para ella obtener un trabajo como
secretaria,enfermera o mucama.Tenía todas las habilidades con sus
credenciales.
Lo
importante es que su empleador fuera un hombre solo,con
vivienda,quizá un poco mayor aunque no eran pocos los jovenes que
caían.Solitarios pero vulnerables al deseo,al encanto femenino,al
sexo.
Nikita
aparentaba menos de treinta años,era muy
bella,exotica,encantadora.Inteligente y conversadora,con una
capacidad de persuasión irresistible y podía mostrarse sencilla y
accesible.
El
asunto era llegar hasta ellos,hasta su intimidad,hasta su cama y...he
aquí la primera rareza que podía suscitar fallos...debía
convencerlos de no consumar de inmediato el acto sexual.De limitarse
a caricias,abrazos,el placer de la desnudez y la mutua
compañía.Invocando ciertos traumas,huellas de abusos,dolores
antiguos pedía un poco de tiempo de conocimiento mutuo para llegar a
la culminación.
Todos
aceptaban,algunos,no muy seguros de si mismos,se conformaban con esa
situación.Otros se excitaba hasta la exasperación pero soportaban
la espera.
Era
durante esos abrazos cuando se consumaba el misterio.
La
energía integra de los hombres pasaba a su cuerpo renovándolo.
Eso
era vampirismo.
La
cascara seca y arrugada de sus eventuales parejas quedaba despedigada
por distintos dormitorios de la ciudad,para extrañeza de los
investigadores.
Nikita
cada tanto,siempre joven y hermosa,buscaba nuevos trabajos,planeaba
eternos viajes.
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