Sola en la multitud.

Sola en la multitud.
Ausente para mi muerte.

miércoles, 20 de enero de 2016

EL GORDO MONSTRUOSO DE BARRACAS.

Llegò un momento en que el gordo monstruoso de Barracas ya no pudo caminar.Nadie lo veìa fuera de su citroneta amarillo brillante.Un vehìculo tan extraño como el mismo.Se los veìa a ambos rondando las inmediaciones de Puente Pueyrredòn.El gordo,sentado al volante de una manera increìble,ya que su grasa corporal parecìa ocupar estrecha e incòmoda cabina del Citroèn,como globulosos airbags enfermizos.
Por perìodos se veìa a al auto estacionado en alguna callejuela,sembrando el asco con su sola presencia.Las alimañas lo rodeaban y crecìan en nùmero hasta que un dìa desaparecìa para volver a vèrselo rodando con el gordo a bordo.
Las nenas se ausentaban.Dos o tres veces se encontraron sus cadàveres violados y aplastados como si un peso inusitado se hubiera posado en ellas.
Muchos huesos se encontraron a orillas del Riachuelo.De la mayorìa de las niñas no volvìo a saberse.
Nadie dudò que el gordo era el responsable.
Una tarde algo pasò.
El gordo mostruoso dormìa en su citroneta roncando con violencia.
Los vecinos se acercaron con sigilo hasta formarse una muchedumbre.Un bidòn de nafta pasò de mano en mano.
Su coche ardiò varios dìas con un fuego amarillo,pestilente,imposible de apagar.
Cuando todo terminò,un temporal de viento y agua barriò todo hacia la nada.

EL TANQUE.

Llevarles la comida era sencillo.Se hacìa con cautela y secreto,sin miradas indiscretas.Como eran tan pequeños un lote de alimento duraba entre dos semanas y un mes.
El personal afectado al operativo era el mismo que se encargaba de la captura.No se conocieron reclamos.
Tres empleados de inteligencia de la Comisiòn de Energìa Atòmica,siempre en manos de la Marina,eran elegidos para la tarea.Periòdicamente uno era reemplazado,tomàndose recaudos para que no violara la confidencialidad.
Ellos eran muy voraces.Permanecìan en el tanque interior mientras de la galerìa externa,de hierro,se les arrojaba la comida un poco fraccionada.Curiosamente eran solidarios,compartiendo sin reñir entre ellos.
Solo una vez hubo un incidente grave con una periodista.Se descolgò con un arnès desde el exterior,llegando al tanque habitàculo.A pesar que le devoraron las piernas,pudo escapar,jamàs se supo como, arrastàndose hasta Av.Constituyentes.
Era de madrugada y nadie la viò.El grupo la pudo rescatar para arrojarla al tanque interior.
Comida extra.
El Jefe de,que se aproximaba a la època de su retiro,tambièn fue arrojado.
Esa era la manera de asegurarse el silencio de quienes participaban en las tareas.Lo de la cacerìa no debìa trascender,ya que se subìan al furgòn mujeres y no se descartaba algùn reclamo.
Aunque,lo dije,nunca sucediò.
La periodista era independiente,no tuvo medios detràs que la respaldasen.
Todo se remontaba a la època del tirano Peròn.Cuando el profesor alemàn Richter instalò un minireactor nuclear en el viejo gasòmetro.Abastecerìa de energìa a toda la capital,aunque es probable que se estuviera probando una bomba.
Algo pasò,una nanofusiòn los atrapò dentro sin matarlos ni afectar las estructuras.Ahì quedaron,transformàndose con rapidez en pequeños mutantes verdes.
Se difundiò la versiòn que el trabajo del Profesor Richter era un fraude y todos habìan salido del paìs.
Fuè lo mejor.
Cuando se produjo la explosiòn que destruyò el interior,trascendiendo al pùblico,se lo tomò como un tercer atentado,producido por los iranìes.
Dentro solo se encontraron cenizas.Fuè un alivio que ellos desaparecieran.
La mole del gasòmetro de Constituyentes aùn permanece.
En su interior polvo de muerte,fantasmas y leyendas.







FUERA DE LINEA

Pensè que la cadena de dificultades no era normal.Me habìa convertido en socia de la desgracia.En fin,un auto es un objeto mecànico,una herramienta de trabajo en mi caso,pero tres desperfectos en la misma semana eran demasiado.
La otra opciòn que intentaba negar es que me estaba voliviendo loca.Los delirios me habian alcanzado como perros de otro mundo.
Llamaba al servicio mecànico.Esperaba hasta dos horas y cuando llegaban no encontraban nada,podìa arrancar a la perfecciòn.Por supuesto usè auxilios distintos,no querìa que me mandaran de paseo y sin el auto.Sucedìo en distintos barrios.Uno el sector mas elegante de Devoto,entre mansiones y arboledas.Otro en La Paternal,un àrea extraña,abandonada,parada en un tiempo inexistente.La ùltima en el coqueto Belgrano,en un apacible pasaje cerca de la bulliciosa Avenida Cabildo.
Lo peor fuè la camioneta.Lo que me inducìa a sospechar de mi estado psìquico.
En los tres   casos al mirar hacia atràs la encontraba.La misma,su aspecto era inconfundible.Una cabina Chevrolet de los años cincuenta,con su chapa oxidada,de colores indefinibles,los vidrios sucios,sin conductor alguno.Con esos furgones carrozados en acero inoxidable,como para trasladar alimentos,carne de preferencia,que asociaba sin saber porquè con una morguera.
No tenìa patente a la vista,nadie la manejaba pero yo la vì en tres sitios diferentes de la ciudad.¿Acaso me seguia?¿Deberìa interrogar a un transeùnte desconocido para saber si tambièn la veìa?¿Quizà un policìa que me verìa como una loca?
Aparecìa en cada percance con el auto.

Le saquè fotos,la camioneta estaba,lo que me aliviò.Pero eran raras,parecìan sacadas con viejas Polaroids vencidas.De colores saturados.Lo increìble era que la calle era la misma pero su aspecto general impresionaba como perteneciente al pasado,tal vez los años cincuenta.
¿O mi mente estarìa creando todo?
No tardè en convencerme que venìa por mì.
Esa mañana me levantè decidida.Tomarìa el colectivo.
El 133.
En la parada esperè mucho.Por fin llegò.Me intrigò que no tuviera el nùmero a la vista,aunque su color rojo era inconfundible.
El coche era viejo,no pude ver al chofer.Como si no existiera.
Estaba claro que mi percepciòn se disociaba.
Estaba vacìo.
Me sentè resignada mientras el vehìculo comenzò a rodar.

No sè cuanto hace que estoy aquì dentro.Pueden ser dìas.
Por las ventanillas solo se ve una niebla verdosa.
No tengo hambre,ni sed,ni sueño.
No puedo levantarme de mi asiento.Nadie conduce el omnibus.
De  repente todo concluye.
Las cosas se transforman.Adquieren vida.La niebla,los asientos,los vidrios.
Me succionan,me mastican,me regurgitan.Continuamos avanzando. .Siempre avanzamos.

LA ECOGRAFIA.

Pude hacerme la ecografìa en un centro privado.Tambièn paguè la consulta medica.Todo con la venta de un paquete que distraje de los ùltimos secuestros,antes que inventariaran los decomisos.
No uso la obra social de la policìa.Nadie sabe de mi embarazo.
Soy una gorda.Cuadrada.Carezco de la redondez prominente de las embarazadas.No me quejo ni me desmayo.Oculto lo que se me ocurra.
La doctora me hablò de una calcificaciòn.Un embarazo anterior.
Le dije que era imposible,sin contarle de mi virginidad.
Nunca salì con hombres.Lo que sucediò fue la noche de la violaciòn.
Un sueño.Una pesadilla donde en un aquelarre me poseyeron.
Ahora sè que fuè real porque el està ahì.En la ecografìa.
Junto al feto.
No es la calcificaciòn de un embarazo perdido.Es el.Lo sè.Lo vì usando los programas de ampliaciòn y anàlisis de imagenes de la policìa.
ES EL DEMONIO.
Estoy a tèrmino.
Fuè inùtil que lo viera al cura Acuña.Me bendijo y pronunciò palabras de un supuesto exorcismo.Recibiò mi dinero,el resto que me quedaba,es lo ùnico que quiere.Sè lo que hacer.
Camino y camino.La ruta hierve de sol.Por fin llegò a la Shell.
El baño està desocupado.
En la bolsa coloquè una cruz bendecida por Bergoglio.Cucatrap en abundancia.Pasta base.
Parì adentro aprentando la panza.Cerrè y pisè bien la bolsa negra.
No fuera que respirara y escapara.
Tirè todo en el contenedor.

LA NENA FANTASMA DEL CEMENTERIO.

Mi decisiòn era la correcta.Debìa terminar con todo.La pistola era lo mejor.El lugar,el mas apropiado.
El viejo cementerio.
No volverìa a cometer esos hechos.
La tarde era frìa y tormentosa.
La bruma se adueñaba de la necròpolis.
La vì vagando entre las tumbas,ya no razonè màs.Era la ùltima oportunidad que me ofrecìa el diablo.
Tendrìa diez años,morena,de largas piernas.Casi desnuda,vestida con harapos.
Serìa una indigente que se refugiaba en el siniestro lugar.
Me viò y sonriò seductora.Me mirò y corriò.
La seguì hasta las bòvedas.Bajò en un viejo panteòn.Yo tràs ella.
La ataquè.O me atacò.

Vivo en las profundidades de las tumbas,ella se alimenta de mì.
La Princesita des Goules.La pequeña y vieja sùcubo.
Se que no morirè.
Ser su carne serà mi infierno.

domingo, 17 de enero de 2016

VERDUGOS.

Luego de una larga noche de torturas,agravada por cuatro ejecuciones que se presentaron de improviso,con apremiante urgencia.El verdugo,agotado mortalmente se marchò a descansar.En La Bastille tomò una calesa y sin percatarse del trayecto se derrumbò en un profundo trance.
Despertò en un lugar ajeno,irreal.Extraños carros,unidos entre sì,se hallaban detenidos en profundo silencio.
Un nombre,de raigambre francesa aparecìa por doquier.FEDERICO LACROZE.
Le recordò a la cruz.
Encontrò unas interminables escaleras y una puerta de rejas entreabierta,por donde saliò al exterior.
Caminò por ese lugar que con seguridad era el nùcleo de una pesadilla.Algo le hizo recordar,las palabras de una de sus ùltimas ejecutadas,una mujer reputada como bruja.
-TE IRÀS,TE IRÀS MUY LEJOS DE AQUÌ,
TE ENVIARÈ AL LUGAR DE DONDE NO SE VUELVE-
Alcanzò a gritar antes que su cabeza rodara por la arena.
A doscientos metros se veìa una construcciòn conocida,un cementerio.
Se refugiarìa allì hasta que la noche acabara.
Caminò entre tumbas y làpidas,por lo que le parecieron horas.
De improvisò se encontrò,una tumba antigua y derruìda tenìa su nombre.La fecha de su muerte era...ayer.
Despertò con el sol en lo alto.
Corriò hasta llegar al exterior.
Una fila de calesas negro y amarillo,cuyo diseño no conocìa esperaba en la puerta.
Subiò a una que le resultò mullida,còmoda.
El conductor del que solo oyò su voz,sin poder divisarlo,le dijo con suavidad.
-No se preocupe Señor,lo llevarè a su destino-
Acto seguido,el verdugo volviò a caer en el sopor.
Cuando abriò los ojos se descubriò en la calesa negra de la policìa,flanqueado por robustos hombres,amarrado con fuerza.
Antes que lo cubrieran con la capucha del sambenito,reconociò la plaza de las ejecuciones,pròxima a La Bastille.
Todo fue tan ràpido que cuando su cabeza rodò,aùn veìa.

Raùl Cardillo,17 de Enero de 2016.