El
error del ladròn,antes de huir,con el botìn de quinientos pesos
embolsado y con sus vìctimas suficientemente intimidadas,fuè
tocarle el culo,asì como quien no quiere la cosa,a Pampita,apodada
asì por su lejano parecido con la agraciada modelo,empleada y amante
del carnicero asaltado,infeliz esposo de La tanque,apodada asì por
su cercano parecido con un blindado Sherman,logrando enfurecer al
Sanguinario,apodado
asì por su antiguo oficio de matarife en el principal frigorìfico
del tranquilo pueblo de Zopencos.Su primera reacciòn iracunda
consistiò en arrojarle un cuchillo grasiento y ensangrentado que no
diò en el blanco.Luego,al ver que el delincuente subìa a una Gilera
ùltimo modelo,donde un còmplice lo esperaba,poniendo distancia,tomò
las llaves del 208 que guardaba sobre la caja y montò en su vehìculo
corriendo tras ellos.A la vez que los perseguìa sin perderlos de
vista,se comunicaba con su nextel con vecinos y amigos.
Como
si una parte importante del pueblo se mantuviese en alerta,dispuestos
a una cacerìa humana,en instantes se formò un nutrido grupo
que,como en un bizarro rally,corrìa detràs de la moto.
Se
oyeron disparos que todos dieron por sentado provenìan de los
motochorros,pese a que varios de los buenos vecinos iban armados.En
un recodo del camino temieron haberlos perdido,pero enseguida
volvieron a tomar contacto visual con el target,la moto rojo
brillante.Pero algo malo habìa sucedido,ún solo chorro la
tripulaba,.El grupo de justicieros redoblò la marcha y sobre la
avenida que bordea el rio antes del puente,el carnicero logrò
atropellar a la moto,volcàndola y aplastando al ladròn contra un
poste de alumbrado.El hombre,joven,tendrìa una pierna y la
cadera,quizà el torax fracturados ya que no podìa moverse lo que no
impedìa que gritara y llorara pidiendo auxilio.
A
lo largo del trayecto,de una veinte cuadras,no se cruzaron con
policìas ni patrulleros.Tampoco con prefectos,los que poco tiempo
antes fueron retirados de la seguridad urbana,limitàndose su
jurisdicciòn a la zona portuaria y que tienen una importante
base,con escuela de instrucciòn,en la zona.
Un
grupo de treinta hombres y mujeres rodearon al inmovilizado
ladròn.Uno enarbolaba un bidòn de nafta y proponìa quemarlo,cual
si fuera una bruja medieval.No por favor no,exclamò el damnificado
carnicero...yo primero,traìa entre sus manos un largo caño con el
que empezò a golpear al muchacho,al tiempo que lo pateaba.Luego de
respetado el derecho de pernada,los treinta se turnaron para torturar
al joven,hubo cigarrillos encendidos,saliò una Taser que se utilizò
varias veces.Inùtil es mencionar los gruesos insultos,solo
interrumpidos por los gritos del chico,lo que provocaba gran alegrìa
entre el populacho reunido.
No
faltaron los celulares que registraban el acontecimiento,queriendo
publicarlos de inmediato en las redes.
De
pronto un joven rubio,conocido mèdico anestesiologo de la
ciudad,alzò su voz demandando la interrupciòn del martirio.
Se
sumò una pulposa cuarentona,de cabellos rubios aunque era conocida
como la Negra,esposa de un pastor evangèlico.
-ESTO
NO PUEDE SEGUIR...PAREN POR FAVOR!!!!!-
-En
cualquier momento llega la policìa,tenemos que rajar-
-Tienen
mucha razòn,vamos...pero esto no termina acà..-terciò un viejo
flaco,el funebrero y tanatopractor Don Raùl,mirando fijamente al
ladròn que gemìa en su trampa,semiinconsciente.-Tengo el furgòn
acà...-
-Llevèmoslo
a mi campo,tengo un galponcito que nadie usa,vamos-
Intervino
la gorda Patricia,fuerte chacarera de Zopencos.
Mas
ràpido que lo que tarda decirlo,lo subieron al furgòn fùnebre y
desaparecieron.
A
los diez minutos llegaron varios mòviles policiales,que se abocaron
a buscar huellas entre el poste inclinado y el charco de sangre.
El
escàndalo que se produjo fuè mayùsculo llegando hasta altos
funcionarios del gobierno.El carnicero fuè detenido y liberado a las
pocas semanas,sin cargos en su contra.
Las
versiones eran muchas y contradictorias.Se dijo que el joven habìa
muerto,pero no habìa cadàver alguno.Se rastrillaron los campos
vecinos,se dragò el rìo,se averiguò en las morgues de toda la
regiòn sin descubrirse cuerpos sin identificar.La indagaciòn en las
guardias hospitalarias y de centros privados no detectò personas
heridas con las caracterìsicas buscadas,llegàndose a la conclusiòn
que los jovenes motochorros habìan escapado a piè o robando algùn
vehiculo,hecho que tampoco se denunciò.
Los
vecinos parecìan haber estado todos en sus trabajos o en sus
casas.Nadie viò ni sabìa nada.
El
caso se cerrò provisionalmente hasta que se cumplieran los plazos
previstos para archivarlo.
El
Comisario Menèndez se mesaba sus pocos cabellos con el memorandum de
traslado en sus manos,designàndolo como Jefe del destacamento de La
muertita,en el sur de la Provincia de Buenos Aires.
-Son
unos pelotudos,si yo les dejè la zona para que laburaran
tranquilos,el carniza ese era pan comido,como robarle el chupete a un
bebè...ahorà donde se metieron...,ma si que se arregle el que
venga,ya radiè la captura que librò el juez...que pasò con el
presunto linchamiento,nadie viò nada y el carnicero saliò...que
este pueblo de mierda se quemè...-
El
Padre Von Voegel,pàrroco de la ciudad,quien guardaba como in tesoro
una cuidada pistola Glock de nueve milimetros con sus municiones y
defendìa en secreto el derecho a la defensa propia y la bùsqueda de
justicia,aunque jamàs utilizaba la palabra venganza,ya que esta
pertenece al Señor,segùn las escrituras,accediò a oficiar una misa
privada a pedido de Sandra,la madre del ladròn desaparecido,quien
aseguraba a quien quisiera escucharla que su hijo habia sido
asesinado con la complicidad de todo el pueblo.
Sandra
fuè escuchada por el juez interviniente,se le diò espacio en
algunas radios,la recibieron funcionarios pero sin cuerpo ni pruebas
que corroboraran sus dichos,todo fuè inùtil.
La
misa se celebrò en la capilla de la pobre barriada de la periferia
norte donde Sandra vivìa con sus hijos.
Pasado
el cimbronazo de tales hechos el pueblo volviò a la apacible rutina
cotidiana.
El
galponcito era un tinglado de paredes de material y techo de
chapa,dentro se arrumbaban herramientas de todo tipo en desvencijados
armarios metàlicos.Una enorme mesa de madera,tipo banco de
carpintero dominaba la estancia.En ella se mantuvo con vida al ladròn
mientras se esperaba que se calmara el avispero.
Todo
durò cerca de un mes.
Durante
ese lapso el anestesiòlogo se encargò del estado vital del
cautivo.Utilizò sueros,alimentaciòn parenteral y monitoreo de su
actividad
cardiocirculatoria y respiratoria.
Un
antiguo marino,dueño de una empresa de seguridad privada,conocido
como Peter y ex-oficial de la Esma en èpocas de la dictadura
militar,asesorò en las torturas,tarea en la que rotò parte de los
ciudadanos de Zopencos.
Se
utilizaron la siempre ùtil picana elèctrica,otras clàsicas como el
submarino seco,los golpes con instrumentos varios,la violaciòn con
material ad hoc y otras muy innovadoras,fruto de la imaginaciòn de
los participantes.
Cuando
todo terminò,Don Raùl,el funebrero,se encargò del destino final de
los restos,entre la marea anònima de cadàveres que circula por
ahi,como dotados de una ambulante vida despuès de la vida.
Raùl
Cardillo.
20/9/16
Para
Los Verdugos.
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